Hormigueo en las piernas: puede ser síntoma del síndrome de piernas inquietas, un trastorno neurológico. Engrosamiento de la piel: puede deberse a trastornos hormonales, eccema o alergias. Consulte a un médico. Cambios en la escritura y pérdida del olfato: pueden indicar enfermedad de Parkinson. Comportamiento agresivo: puede ser signo de depresión, que no siempre se manifiesta como tristeza. Somnolencia excesiva: la hipersomnia puede estar relacionada con enfermedades autoinmunes. Cambios en el color de los ojos: un anillo blanco o gris alrededor de la córnea antes de los 45 años podría indicar colesterol alto. Antojo de comida salada: puede indicar deficiencia de hierro, anemia, deshidratación o síndrome premenstrual. Fatiga y baja libido: posibles signos de problemas con la hormona tiroidea. Sed constante: puede estar relacionada con un alto consumo de sal, diabetes o embarazo. Masticar hielo: puede indicar deficiencia de hierro o anemia.