Fatiga persistente: podría indicar anemia o trastornos tiroideos. Cambios en la piel: la aparición de lunares nuevos o ictericia puede indicar cáncer o enfermedad hepática. Dificultad para respirar: puede estar relacionada con enfermedades cardíacas o pulmonares. Infecciones frecuentes: podría indicar un sistema inmunitario debilitado. Problemas digestivos: el estreñimiento crónico o la diarrea pueden indicar problemas gastrointestinales. Dolores de cabeza: los dolores de cabeza frecuentes pueden indicar hipertensión arterial o problemas neurológicos. Cambios de humor: pueden indicar trastornos de salud mental o desequilibrios hormonales. Sangrado o hematomas inusuales: podrían estar relacionados con trastornos de la coagulación o enfermedad hepática. Entumecimiento u hormigueo: puede ser un signo de daño nervioso o diabetes. Consulte con un profesional de la salud si nota estos síntomas para un diagnóstico y tratamiento tempranos