9 mejores chistes sobre cónyuges fieles o no…

La risa es la mejor medicina, y ¿qué mejor manera de empezar el día que con una carcajada? Hemos reunido una colección de chistes divertidísimos que se burlan de los altibajos de la vida conyugal, desde criadas descaradas a maridos despistados, e incluso algunos giros inesperados.

Estos chistes son un recordatorio perfecto de que el humor puede encontrarse en los lugares más inesperados, incluso en medio de los contratiempos matrimoniales. Así que siéntate, relájate y disfruta de estos relatos desenfadados que ponen de relieve el lado humorístico del amor, la vida y las ocasionales travesuras conyugales. Al fin y al cabo, la risa es una forma maravillosa de estrechar lazos y compartir la alegría, y estas historias seguro que te arrancan una sonrisa. Sorpresa en el supermercado Un hombre va al supermercado y se da cuenta de que una mujer atractiva le saluda con la mano. Ella le saluda, y él se queda algo sorprendido porque no sabe de dónde la conoce. Así que le dice: “¿Me conoces?”. A lo que ella responde: “Creo que eres el padre de uno de mis niños”. Ahora su mente viaja de vuelta a la única vez que ha sido infiel a su mujer y dice: “Dios mío, ¿eres la mujer de mi despedida de soltero con la que hice el amor cerca de la piscina y luego empecé a llorar, dándome cuenta de que había engañado a mi mujer y recriminándome por ello?”. Ella le mira a los ojos y le dice tranquilamente: “No, soy la profesora de tu hijo”. La criada pide un aumento La criada pidió un aumento a la mujer de su jefe, y ésta se enfadó. La esposa le preguntó: “A ver, Helen, ¿por qué crees que te mereces un aumento de sueldo?”. Helen: “Hay tres razones. La primera es que plancho mejor que usted”. Esposa: “¿Quién ha dicho eso?”. Helen: “Su marido”. Esposa: “Ah”. Helen: “La segunda razón es que cocino mejor que usted”. Esposa: “¿Quién ha dicho eso?”. Helen: “Su marido”. Esposa: “Ah”. Helen: “La tercera razón es que soy mejor amante que usted”. Esposa: “¿Eso también lo dijo mi marido?”. Helen: “No, lo dijo el jardinero”. Esposa: “Entonces, ¿cuánto quieres?”.