La tranquila noche que Emily pasó sola, pidiendo pizza mientras su prometido, Jake, estaba fuera de la ciudad, dio un giro dramático cuando el repartidor, Tom, le entregó una pizza con un mensaje críptico en su interior: “Él no es quien crees. Revisa la cámara de tu puerta”. Al revisar las imágenes, Emily descubrió que Jake había estado trayendo a diferentes mujeres a su casa durante sus ausencias. Al confrontar a Jake, terminó su relación, incapaz de ignorar la traición. Después, Emily agradeció a Tom por su honestidad y comenzaron una nueva amistad, con Tom ofreciéndole apoyo de una manera que Jake nunca lo había hecho. A medida que Emily siguió adelante, encontró esperanza y la posibilidad de nuevos comienzos, al darse cuenta de que a veces la ayuda viene de lugares inesperados.