Este “ruido crepitante y húmedo” se produce cuando la capacidad de tragar disminuye y se acumulan secreciones en el tracto respiratorio. Puede sonar como un gemido, un ronquido o un gorgoteo, pero no es doloroso ni angustiante para la persona. Este ruido es parte del proceso natural de morir, a menudo acompañado de fluctuaciones de la temperatura corporal. El tiempo promedio después del inicio del estertor de muerte es de aproximadamente 25 horas. Para aliviar el sonido, los familiares pueden girar a la persona de lado, elevarle la cabeza, humedecerle la boca, usar succión, limitar la ingesta de líquidos o administrar medicamentos recetados. Si bien el sonido puede ser inquietante, es importante recordar que no significa ninguna molestia para la persona que muere, y ofrece consuelo a los seres queridos durante un momento difícil.