El eccema dishidrótico, una afección común en primavera, provoca pequeñas ampollas que pican en las manos y los pies. Si bien no es curable, se puede controlar. La afección es parte del eccema y afecta a alrededor de 35 millones de personas en los EE. UU., especialmente a niños menores de cinco años. Los síntomas incluyen ampollas profundas, enrojecimiento, picazón y descamación. Puede ser desencadenado por alergias o genética y no es contagioso, pero puede infectarse. Las opciones de tratamiento incluyen cremas con corticosteroides, terapia ultravioleta, antihistamínicos y ungüentos inmunosupresores. Los remedios naturales como las compresas frías, el aloe vera y la avena también pueden ayudar a calmar la piel. La hidratación regular puede mejorar la resistencia de la piel y reducir los brotes.