Aunque hoy en día suele considerarse una tendencia, el piercing en la lengua tiene raíces antiguas, especialmente en las culturas maya y azteca, donde era un ritual sagrado para conectar con los dioses. En la actualidad, los piercings en la lengua se relacionan más con la expresión personal, una forma de destacar o señalar la individualidad, similar a los tatuajes. También pueden tener connotaciones sensuales, aunque las motivaciones varían desde la comodidad hasta la pertenencia a una subcultura. Sin embargo, la higiene es importante para prevenir infecciones, ya que la boca alberga bacterias. Un piercing en la lengua sigue siendo una declaración simbólica, ya sea espiritual, estética o provocadora, que a menudo transmite más de lo que las palabras podrían expresar.