Medios locales informan que el Papa, de 88 años, padece una neumonía grave en ambos pulmones, lo que ha obligado a posponer todos sus compromisos públicos. Su estado se complica debido a su edad y a una infección polimicrobiana que incluye virus, bacterias, hongos y parásitos. Esta hospitalización es más prolongada que las anteriores, y los médicos prevén una estancia más larga. La situación se complica aún más por el hecho de que el Papa perdió parte de un pulmón debido a una infección en su juventud.