Adoptamos a una niña de 4 años – Un mes después, se acercó a mí y me dijo: “Mami, no confíes en papi”

Un mes después de adoptar a Jennifer, me susurró con ojos muy abiertos: **”Mami, no confíes en papi”**. Sus palabras se quedaron conmigo.
Richard parecía radiante con nuestra nueva hija, pero ella se mantenía distante. En la heladería, evitaba su mirada y prefería que yo pidiera por ella. Aquella noche, antes de dormir, volvió a susurrar: **”Habla raro, como si ocultara algo”**. Al día siguiente, escuché a Richard hablar por teléfono: **”Jennifer se está dando cuenta más de lo que pensaba. No quiero que Marla se entere todavía”**. Mi corazón se aceleró. ¿Qué me ocultaba? Esa noche, lo confronté. Respiró hondo y confesó: **”Planeaba una sorpresa para el cumpleaños de Jennifer con la ayuda de mi hermano”**. Me sentí aliviada y tonta por haber dudado. Al día siguiente, vi cómo Richard ayudaba a Jennifer con el desayuno, con paciencia y ternura. Ella me miró y esbozó una pequeña sonrisa. Quizás, poco a poco, aprendería a confiar en él.