Todos los padres deben afrontar una emocionante espera de nueve meses antes de conocer al pequeño bulto de alegría que se ha formado en el vientre de mamá. No hay nada mejor que escuchar los primeros gritos del bebé cuando finalmente nace en el mundo. Otros padres, por otro lado, pueden descubrir que el nacimiento de un niño es algo que nunca podrían haber predicho. A fines de la década de 1990, Mary y Brad Kish de Illinois, EE. UU., esperaban la llegada de su hija con gran expectación.
El embarazo de Mary había transcurrido sin incidentes y el nacimiento había transcurrido sin problemas. No hubo indicios de que algo estuviera mal con su pequeña Michelle durante el parto.
Sin embargo, cuando abrió los ojos, los médicos reconocieron de inmediato que algo no iba bien. No lo descubrieron hasta que revisaron libros de medicina y consultaron a un genetista de otro hospital…