Durante siglos, las representaciones de Jesús han dominado el arte occidental, retratándolo como una figura imponente de rasgos hermosos. Sin embargo, los historiadores sostienen que Jesús probablemente se parecía a los habitantes de la antigua Palestina: más bajo, más robusto, con cabello oscuro y rizado. Bas Uterwijk, utilizando inteligencia artificial avanzada, creó una sorprendente representación de Jesús. Fusionó varias representaciones culturales y ajustó los rasgos para lograr una precisión histórica. Uterwijk explicó su proceso, afirmando: “Utilicé varias representaciones culturales… modificando la etnicidad para lograr un rostro de Oriente Medio más convincente”.