Estaba a punto de decir “Sí, acepto” en mi boda cuando mi hijo de 13 años gritó: “¡Papá, espera! ¡Mira su hombro!”

Cuando levanté el velo de mi novia, listo para decir *”sí, quiero”*, la voz de mi hijo rompió el silencio: *”¡Papá, espera! Mírale el hombro”.* El salón quedó en suspenso. Seguí su mirada y vi la marca de nacimiento de Carolyn. *”Mi compañera de clase, Emma, tiene una idéntica”,* dijo Tim. Carolyn se tensó. Con voz temblorosa, confesó: *”A los 18 años tuve una hija y la di en adopción”.* Emma había crecido con los padres de Carolyn, quienes la encontraron en un orfanato. Días después, al verse, Emma sonrió: *”Sé quién eres. Los abuelos tienen fotos tuyas”.* *”¿Me dejarías conocerte?”* preguntó Carolyn. *”Me gustaría”,* respondió Emma. Aquel día, una familia rota comenzó a sanar.