La decisión de revocar los pasaportes de género neutro ha provocado una reacción generalizada de los grupos de defensa, los expertos legales y la comunidad LGBTQ+. Organizaciones como la ACLU y la Campaña de Derechos Humanos (HRC) han condenado la medida, calificándola de ataque a los derechos y la dignidad de las personas no binarias. Se esperan impugnaciones legales, con demandas probablemente centradas en cuestiones constitucionales como la igualdad de protección y los derechos de la Primera Enmienda. Políticamente, la orden ha generado una marcada división. Los legisladores conservadores, como el senador Josh Hawley, apoyan la medida, enmarcándola como un rechazo a la “ideología de género radical”. Mientras tanto, los líderes demócratas, incluido el líder de la minoría de la Cámara de Representantes Hakeem Jeffries, argumentan que la orden es discriminatoria y socava los derechos individuales. Se espera que las repercusiones legales y políticas continúen durante años.