FUI A RECOGER A MI ESPOSA Y…

A través de conversaciones abiertas y terapia de pareja, Suzie y yo descubrimos las profundas cicatrices que habían dejado sus luchas y las palabras de mi madre. Suzie admitió lo sola y juzgada que se había sentido, mientras que yo me di cuenta de que mi silencio había validado involuntariamente la conducta de mi madre. Fue un punto de inflexión para ambas.Establecí límites firmes con mi madre, dejándole en claro que sus acciones habían lastimado no solo a Suzie sino a toda nuestra familia. Si bien llevó tiempo, mi madre finalmente se disculpó y trabajamos para reconstruir la confianza. Suzie también encontró apoyo a través de la terapia y un grupo local para madres que enfrentan la depresión posparto.Hoy, nuestra familia es más fuerte que nunca. El coraje de Suzie para regresar y enfrentar sus miedos, combinado con mi compromiso de estar a su lado, nos enseñó la importancia de la comunicación, la empatía y el apoyo inquebrantable. Nuestros gemelos están prosperando y Suzie y yo apreciamos cada momento juntas, sabiendo lo cerca que estuvimos de perderlo todo.Este viaje nos mostró que la curación es posible, incluso frente al dolor profundo, y que el amor se trata de crecer a través de los desafíos, no de evitarlos…