El Papa permanece hospitalizado en el Hospital Gemelli de Roma debido a una grave infección respiratoria, que se agravó tras una bronquitis. Se le ha diagnosticado una neumonía doble y una insuficiencia renal en fase inicial. A pesar de su estado, según informan fuentes vaticanas, está despierto y de buen ánimo, recibiendo tratamientos como oxigenoterapia y transfusiones de sangre. En respuesta, todas las noches se rezan el rosario en la plaza de San Pedro por su recuperación, al que acuden fieles de todo el mundo.