Mi hija de 10 años insistió en revisar nuestro buzón ella sola. Hoy lo revisé y lo que vi me hizo llorar

Después de perder a su padre, Lily, de 10 años, a veces llevaba una tristeza silenciosa. Un día, se interesó de forma inusual en revisar el buzón, lo que convirtió en un ritual diario. Su madre notó que Lily se volvía más introspectiva y protectora del correo, lo que despertó curiosidad y preocupación.
Una mañana, después de que Lily se fue a la escuela, su madre revisó el buzón y encontró una pila de cartas dirigidas a su cartero, la Sra. Thompson. Al leerlas, descubrió que Lily había estado escribiendo para consolar a la Sra. Thompson,

que había perdido recientemente a su hija. Lily compartió historias sobre la escuela, su amor por las mariposas y recuerdos de hornear galletas con su madre. La Sra. Thompson había respondido, expresando lo mucho que significaban para ella las palabras de Lily. Abrumada por el orgullo, la madre de Lily fomentó su amistad. Finalmente, invitaron a la Sra. Thompson a tomar el té, compartieron risas, historias y galletas caseras. Al ver su vínculo, la madre de Lily se dio cuenta de cómo un pequeño acto de bondad podía traer sanación y conexión. Cuando Lily preguntó si su amistad duraría para siempre, su madre le aseguró que la amabilidad que compartían siempre perduraría.