James y Ashley mantuvieron una relación a distancia durante casi un año. Él siempre elegía restaurantes caros cuando la visitaba, pero siempre tenía excusas para que ella pagara. En su cumpleaños, Ashley decidió darle una lección. Las relaciones a distancia pueden ser geniales, pero a veces las excusas empiezan a ser un problema. Después de meses de excusas de James sobre su tarjeta bloqueada, Ashley comenzó a sentirse como un cajero automático. Cuando llegó el día de su cumpleaños, James insistió en llevarla a un restaurante de lujo. Cuando llegó la cuenta, James alegó que su cuenta estaba congelada por problemas con el gobierno. Pero Ashley ya sabía lo que pasaba, había visto a James usando otra tarjeta la tarde anterior. Decidió darle una lección. Habló con el camarero, quien le ofreció una solución. Cuando la cuenta llegó, Ashley le dijo a James que debía lavar los platos para cubrir su parte de la cena. James se quedó pálido, y Ashley se levantó con confianza, dejándolo allí sentado, avergonzado. La relación no sobrevivió, pero la historia de cómo Ashley le dio su merecido se convirtió en una leyenda entre sus amigos.