Despertarse a las 3 o 4 de la mañana puede deberse al estrés, trastornos del sueño, cambios hormonales o hábitos de vida como la ingesta de cafeína y horarios de sueño irregulares. Los factores ambientales y las afecciones médicas también pueden alterar el sueño. Si los despertares frecuentes afectan la vida diaria, puede ser de ayuda realizar un seguimiento de los patrones de sueño y consultar a un profesional. El sueño de calidad es vital para la salud, ya que ayuda a la recuperación, refuerza la inmunidad, mejora la función cerebral y regula el estado de ánimo. También favorece la salud cardíaca, el control del peso y la productividad. Priorizar entre 7 y 9 horas de sueño mejora el bienestar y la longevidad.