La muerte de un ser querido puede afectarnos mucho. Nos deja sintiéndonos perdidos y abatidos en la vida. Es lo más difícil del mundo de afrontar, ya que nos deja una marca mental, emocional y espiritual. No se puede esperar superarlo de un día para otro. Se necesita tiempo para sanar lo que está roto por la pérdida del ser querido. Incluso se necesitan años para salir por completo del trauma mental que debe haber sufrido durante ese tiempo. Sin embargo, algunos pueden argumentar que es una coincidencia, mientras que otros están seguros de que la gente sabe cuándo se acerca la muerte.