Un mes después, ella vino a mí y me dijo: “Mami, no confíes en papá”.

Un mes después de adoptar a Ioana, de 4 años, me dijo en voz baja: “Mami, no deberías depositar tu fe en papá”. Ioana, que había sido reservada pero mostraba potencial, pareció adaptarse lentamente, pero comencé a notar su ansiedad cuando estaba cerca de Mihai. Un día me dijo: “Él no es quien dice ser” y habló de un hombre del orfanato que se había enojado y había hecho comentarios crueles sobre ella. Sus palabras me confundieron, ya que Mihai y yo habíamos pasado juntos por todos los pasos del proceso de adopción. Esa tarde, descubrí unos correos electrónicos preocupantes de Mihai sobre la adopción de Ioana, que sugerían dudas sobre su idoneidad, a pesar de su aparente entusiasmo. Mientras Mihai dormía, le susurré a Ioana que la protegería. Ahora sentí una profunda necesidad de descubrir la verdad detrás de las acciones de Mihai y el miedo que Ioana le tenía.